21 oct 2012

Brasil

Hace poco tuve  que viajar a ¡Brasil!. Visité la ciudad de El Salvador en el estado de Bahia para presentar un artículo de investigación. Disfruté mucho mi visita a ese estado de Brasil. El país me pareció muy interesante con gente muy amable, fiestera, y al parecer muy trabajadora (a las 4 a.m ya todo el mundo parece estar despierto y en camino al trabajo).




Salí el lunes a mediodía del aeropuerto de Ottawa, hice escala en Toronto luego en  Miami y  ocho horas después (ya en martes)  llegué al simpático aeropuerto internacional de El Salvador para asistir a una conferencia de tres días sobre computo distribuido, en el último me tocó dar mi presentación. Veinticinco minutos tuvo cada participante para presentar sus resultados más cinco minutos para responder peguntas. También hubo invitados especiales que impartieron conferencias "plenarias" de una hora. La más interesante de todas las pláticas fue la de Haskell en la nube, me encantó el dinamismo de el conferencista, Simon Peyton Jones, y su entusiasmo contagioso por  Haskell tanto que estoy con planes de desempolvar mi Haskell y ¿por qué no? hacer algo de investigación al respecto (claro, después de terminar un segundo artículo, terminar de aprender Python y del montón de otras cosas pendientes que tengo por hacer jeje :( ). Uno aprende un montón en estas conferencias, y se da cuenta (aún más) de lo insignificante que la investigación de uno representa jajaja, además sirve para conocer a otra gente que trabaja en temas similares, etc. Entre el montón de pláticas por asistir en  tres días tuve el tiempo para darme una escapada y visitar la ciudad.



Existe desorden en el tráfico, personas aventándose a los carros y carros siendo aventados a los peatones, hay puestos ambulantes de comida (sobre todo de agua de coco),  restaurantes o "fonditas" de comida típica (que se anuncian como comida de a kilo), perros callejeros, casas construidas al estilo Milpa Alta (en los barrancos...) y chóferes que conducen bien loco... en fin, ¡me sentí como en casa!... Mi impresión después de tres días en Brasil, es que las culturas y las ciudades brasileñas y mexicanas se parecen mucho, esto a pesar de que no tenemos una historia muy parecida,por ejemplo no compartimos el idioma. Debo decir, que la gente es muy amable y amistosa  y que para casi todo  te enseñan el pulgar para decir: "sí", "¡bien!", "ok". El Salvador  tiene un noseque que me gustó mucho, disfruté los escasos tres días en Brasil comiendo comida típica en los mercaditos (frangao, carne do sol, etc), tomando agua de coco, jugo de caña, suco de noseque, probando helados de  frutas raras, sufriendo el calor típico de una ciudad costera, etc, etc, todo a la vez que aprendí sobre sistemas distribuidos.



Si alguien visita la ciudad no olvide comprar reales (la moneda oficial de Brasil, 1 CAD = 2 reales) antes de llegar o en el aeropuerto, no hay muchas casas de cambio en la ciudad y es un dolor de cabeza que las tarjetas de crédito/débito no puedan ser usadas (mis tarjetas de Scotiabank Canadá no funcionaron en casi ningún lado... ah pero que bueno que existe Banamex y esa no falla en ningún lado!), consideren que al parecer los cajeros automáticos no están disponibles las 24 hrs. del día sino sólo mientras el banco esta abierto, si usan el transporte público y hacen la parada a un camión recuerden que la subida es por atrás y la bajada por la puerta de adelante, ¡la puerta de en medio esta más de adorno!.  El lugar que sin duda deben visitar es el Centro Histórico que es pequeñito  pero con edificios (iglesias principalmente) muy viejos y de arquitectura interesante. No olviden enseñar su dedo pulgar para todo, sobre todo para decir "gracias", "sí", "ok" ah y de decir simrpre "obrigado". 

En la azotea


Ojalá en el futuro tenga la oportunidad de visitar nuevamente Brasil, sin duda me quedaron ganas de seguir viendo mas de ese país. Lo único malo de ir a Brasil desde Canadá son los muchos vuelos de conexión, deje la ciudad el viernes temprano por la mañana, hice conexión en Recife, luego en Miami, después en Chicago y finalmente el sábado por la mañana regresé a Ottawa, muy cansado eso sí y con ganas de hacer nada. Comparto fotos.




Vendedor de MP3


calle en el centro histórico


Mercado de Artesanías

Sillón en medio de un baño público

Cerca del elevador



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ga