9 mar 2009

Universidad pública

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A principios del siglo XX no había universidad en Estados Unidos que pudiera competir con las alemanas, inglesas y francesas. Las matemáticas permanecieron 300 años escribiéndose en alemán, francés y ruso. Pero tres o cuatro rectores inteligentes, un Rockefeller ahorrándose impuestos al invertir en una universidad para Chicago, una buena cacería de talentos en el mundo… y las matemáticas de la segunda mitad del siglo XX, la física y todas las fronteras de la ciencia, se trasladaron a Estados Unidos. Cuando el teorema final de Poincaré, publicado por el genial francés a medio estructurar porque lo acechaba la muerte, fue probado por un gringo antes de 1930, y no por Hilbert ni otro brillante alemán, el mundo no lo podía creer. ¿De dónde había salido ese fulano?

Del trabajo duro, de la exigencia, de los miles de rechazados por inútiles y los pocos seleccionados por capacidad y tesón, de, en suma, la falta de autocomplacencia, la ausencia de lamentos, las noches en desvelo, los nervios por exámenes sin caridad. Y así se hicieron los japoneses y se están haciendo los chinos, que ya dan la pelea en la primera línea de las matemáticas como en todo.
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Hundidas por los nazis, las matemáticas alemanas que habían dado glorias como Gauss, Riemann, Klein y Hilbert, se trasladaron a Princeton, no a la guanga UNAM ni al mediocre Poli ni a las apestosas de los estados, reinos de la grilla pero, sobre todo, de la autocompasión y el apapacho.

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1 comentario:

Shy Guy dijo...

Indudablemente le doy la razón al autor en esto. Ciertamente los estudiantes en México estamos muy "consentidos". Ciertamene me gusta (o más bien, se me hace cómodo) el sistema que llevamos en Ciencias, en donde puedes andar tranquilo por la carrera, barqueando, reprobando parciales y "panzando" en el final, y aún si no lo logras, puedes quedarte con tu NP e intentarlo en el siguiente semestre, y el que sigue con el extra largo... pero desde un punto de vista más objetivo, esto nos hace mucho daño: aprendemos a ser mediocres, a esperar hasta la última oportunidad para medio hacer las cosas. Obviamente existen estudiantes excepcionales, pero estos existen no por la Unversidad, sino por méritos personales, y por lo mismo son sólo unos pocos. Y lo peor es que dichos estudiantes, al no encontar verdaderos retos aqui (ni verdaderas oportunidades, pues lo primero tiende a ir de la mano con lo segundo), se ven en la necesidad de emigrar a otros países, dejándonos en la misma situación de mediocridad.

Pero bueno, pues está dificil hacer algo para remediar esta situación (sobre todo por la idiosincracia del país). Queda en cada uno de nosotros el levantarnos y el no dejar que los demás cangrejos nos sigan jalando a su cubeta.

Saludos.

ga